Por Héctor Uribe Delgado.
El Criadero El Sacrificio, fundado en 1985 por Claudio Hernández, es un testimonio de la pasión por el caballo chileno y la perseverancia familiar. Lo que comenzó como un sueño de campo, hoy se erige como un referente en la crianza, con una historia marcada por yeguas fundamentales, aprendizajes clave y la consagración en el Campeonato Nacional.
La historia del Criadero El Sacrificio se remonta a 1985 y es Marta Hernández, hija del doble campeón nacional quien relata cómo su padre, un hombre de campo de corazón, finalmente pudo concretar su anhelo de criar caballos chilenos. «Mi papá siempre fue de campo, pero las razones y la vida en sí no le permitió poder tener caballos desde muy joven», explica. La oportunidad llegó con la adquisición de la Negrita, la yegua que se convertiría en la piedra angular de su proyecto.
El camino no fue sencillo. Los recursos eran limitados y las prioridades otras, pero la pasión pudo más. La experiencia adquirida con don Rodrigo Claro fue crucial. Allí, don Claudio no solo tuvo la oportunidad de correr, sino también de administrar y absorber conocimientos que serían vitales para el futuro de El Sacrificio.
Un hito fundamental fue el nacimiento de la Morenita, hija del Santa Elba Fichero (hijo del Bellaco). Ella, junto a su propia hija, la Inventada, llevarían al Criadero El Sacrificio a la gloria máxima al coronarse Campeonas de Chile. «Ese título para nosotros es el más importante», confiesa Marta con orgullo, «porque él fue campeón de Chile en sus yeguas, criadas por él, trabajadas por él». Aquel triunfo quedó «marcado para siempre, no solo por el logro en sí, sino por el sabor de haberlo conseguido con ejemplares nacidos y criados en casa».
El crecimiento del criadero recibió un impulso significativo con la llegada de Claudio al Criadero Agua de los Campos. Esta etapa permitió acceder a nuevas líneas de sangre y potros de gran calidad, como el Esencial, el Estruendoso y el Estrellado, que hoy son pilares genéticos: «La influencia de Don Ítalo Zunino también fue destacada reconociendo su apoyo en la facilitación de potros que enriquecieron la crianza.
Hoy, el Criadero El Sacrificio mantiene con celo las líneas de sangre que le dieron prestigio. La descendencia de Morenita y la última hija del Qué Más Da son especialmente valoradas.
Para el remate de este jueves 5 de junio, El Sacrificio presentará varios hijos del destacado Esencial y de las principales sangres que Hernández ha ido reuniendo.
«Nosotros llevamos varios caballitos hijos del Esencial, llevamos un potro corriendo en la casa, el Esforzado, que como te digo yo, son de la línea que más como criadero reservamos, que es del Esencial, ese potro va corriendo en la casa. Llevamos una hija del Leñaor corriendo también en la casa en madre Rangoso», comentó.
«Hay algunos caballos que si bien no son del criadero criollo, mi papá los adquirió, algunos nuevos, otros no tan nuevos, va otro hijo del Esencial en la Esperanza II, que es hija de la Esperanza, la cual es la yegua reproductora del tío Rufino, que esa fue la que reprodujo él en su criadero. Llevamos unas yeguas de cría que son la Parrandera, que va a preñada del Esencial, la Mailén, que va a preñada del Esencial, la Contenta que también va preñada el Esencial; llevamos unas potrancas y unos potrillos también del Esencial», cerró.