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Criadero Cordón Arauco, la crianza del Caballo Chileno al fin del mundo

Revisa acá el catálogo del remate.

El Criadero Cordón Arauco, propiedad de Goyko Pavlovic, es parte del remate que este martes 25 de marzo realizará M&R Remates y en la previa de la primera subasta que la empresa realizará este 2025 quisimos saber más de este plantel ubicado en la Región de Magallanes.

«Desde pequeño nosotros nos criamos en el campo. Primero fue mi padre quien nos inculcó esto y luego, después que falleció mi padre, me fui a vivir con mi tío Arturo Godoy, hermano de mi mamá, quien prosiguió con esta pasión. Ahí se hacía todo el trabajo de las estancias a caballo. Mi tío también administraba varias estancias, entonces era mucho el trabajo con caballos. Y siempre tuve desde chico la atenta mirada hacia el Caballo Chileno, pese a que no teníamos Caballos Chilenos y a que teníamos caballos mestizos», comentó Pavlovic.

«Mi papá fue huaso, fue corralero y él alcanzó a criar caballos. Y siempre tuve como la nostalgia de tratar de tener en el futuro alguna vez algún lazo que tuviera que ver con los Caballos Chilenos. Y en el corto tiempo fuimos comprando algunos caballos, los fuimos amansando nosotros mismos, entonces se fue dando un amor hacia esta raza», añadió.

«Y así fue que empezamos a meter Caballos Chilenos en el campo, empezamos a cambiar los caballos que habían por los Caballos Chilenos. Y después empezamos a correr en rodeo y de ahí ya la intención mía siempre fue criar, mi tío nunca fue criador, me costó convencerlo, hasta que él armó su criadero y yo armé el mío y ahí parte el criadero Cordón Arauco», complementó.

Con respecto a la historia de su plantel, Pavlovic cuenta que «se fundó en 2010 pero la verdad que eso parte con lo que tenía a mano nomás. Ya seriamente empiezo a criar desde 2012, cuando nace la Rosarito, que ya es un producto totalmente buscado. Es decir, me acuerdo que en ese tiempo yo estaba en la universidad y compré una monta del Requinto. Ahí parte todo y hoy esa yegua anda ganando rodeos, es una de las mejores hijas del Requinto».

Respecto a los desafíos que implica la crianza en Magallanes, Goyko es claro: «Al principio yo creo que fue más viable en el sentido de que yo soy magallánico y vivía en Santiago, entonces aprendí mucho de los huasos allá también, y de los criadores, a los criadores los escuché mucho, pero yo he vivido en muchos lugares y retomé acá en Magallanes con un negocio familiar y también proyectos personales, entonces yo sabía que iba a ser difícil, pero aun así se comenzó por ese camino. Lo que pasa es que si bien Magallanes es muy bueno para criar porque crías caballos rústicos, por otro lado, te limita mucho la gestión para buscar los potros que más te gustan, porque acá de frontón no puedes traer semen congelado para inseminar las yeguas que tengas acá. Es muy costoso», expresó.

«Lo que hago, que también igual es bien costoso, porque en el fondo las yeguas que yo voy reproduciendo básicamente se van quedando en el norte, se van quedando en campos arrendados, en campos de la familia, en campos de amigos, y así sumamos como más o menos unas 8 yeguas de crías bien seleccionadas, y a esas se le van presentando los potros que uno en el fondo cree que va a dar mejor resultado, entonces esas yeguas difícilmente llegan acá, igual han llegado a Magallanes, pero difícilmente se quedan allá sobre todo porque además utilizamos harto el método de transferencia embrionaria, entonces acá en Magallanes es imposible. Lo que sí hago, lo que sí suelo hacer es traer en un porcentaje considerable de las crías de esas yeguas para Magallanes y se recrían acá para decir que efectivamente tenemos rusticidad».