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Anemia Infecciosa Equina: Guía para entender la crisis y cómo proteger a su caballo

Un preocupante brote de Anemia Infecciosa Equina (AIE) ha puesto en estado de alerta al mundo ecuestre nacional. Autoridades sanitarias confirmaron la detección de 95 caballos positivos para la enfermedad, la cual no tiene cura ni vacuna.

El foco del problema, según los especialistas, radica en la negligencia humana, principalmente en la reutilización de material veterinario como jeringas y agujas.

Hugo Araya, Jefe del Departamento de Sanidad Animal del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), informó que a la semana pasada se habían analizado 5.283 equinos, con una tasa de positividad del 1.78 por ciento.

«Hoy día la enfermedad está presente o la hemos detectado desde la Región Metropolitana hasta la región de la Araucanía», señaló Carlos Borjes, Jefe de la División de Protección Pecuaria del SAG en diálogo con el programa Raza Chilena, de la Federación de Criadores de Caballos Raza Chilena.

Esta situación ha significado que Chile pierda su estatus de país libre de la enfermedad, un logro sanitario que se mantuvo por años.

El factor humano: La causa principal de diseminación

Tanto las autoridades del SAG como los veterinarios de Asociación Chilena de Veterinarios Equinos (Achve) coinciden en que las malas prácticas son el principal motor de la propagación. «Hasta el momento los casos que han ocurrido tienen una trazabilidad que están asociados, lamentablemente, a la negligencia humana», explicó María Paz Zúñiga, presidenta de la agrupación.

La especialista detalló que la reutilización de jeringas, agujas y la administración de fármacos de origen desconocido son las vías de contagio más probables.

«Eso tiene relación con la reutilización de jeringas, con el utilizar fármacos de origen desconocido que pudiesen estar contaminados, o cualquier elemento que se utilice para fluidoterapia, no solamente la jeringa, sino que la aguja. Todo eso es lo que está ha estado colaborando en esta transmisión y diseminación de la enfermedad. Entonces, nuestras recomendaciones bien generales han sido en esa vía», añadió.

Carolina Durán, miembro del comité científico de ACHVE, reforzó esta idea, subrayando que, si bien los insectos mordedores pueden ser vectores, no han sido la causa de la diseminación en los brotes locales. «Si no compartimos sangre, estamos bien», sentenció, haciendo un llamado a la bioseguridad.

«No se va a contagiar estando parado al lado del otro caballo, y si bien sabemos que las garrapatas y las moscas mordedoras son transmisores, en Chile las moscas mordedoras particularmente, no se ha transmitido la enfermedad por esto por esta vía, porque si no en el Club Hípico hubiésemos tenido a todo el Club Hípico infectado o una tasa mucho más alta y solo fue eh los caballos que estaban asociados a este mal manejo», complementó.

La principal dificultad para controlar el brote reside en los portadores asintomáticos: caballos que tienen el virus y pueden contagiar a otros, pero no muestran signos clínicos de la enfermedad.

«El animal parece estar clínicamente sano, en buena condición […] pero sí tiene el virus en su organismo y eso es lo que lo hace una fuente de contagio», complementó Zúñiga.

Contrabando y Falta de Regulación

Otro punto crítico es el perfil de riesgo identificado, que se ha focalizado en el entorno de las «carreras a la chilena». A esto se suma la sospecha del ingreso ilegal de animales desde países vecinos donde la enfermedad es endémica. «Es una de las vías de investigación», admitió Hugo Araya, aunque reconoció la dificultad de probarlo sin evidencia concreta.

Por su parte, la Federación de Criadores de Caballos Chilenos ha manifestado su total compromiso para enfrentar la crisis. Rodrigo Muñoz, director de la entidad, afirmó que están trabajando en contacto directo con el SAG para informar a sus asociados.

«Nosotros somos los primeros responsables en cumplir con la normativa que tenemos en nuestro propio país», declaró.

Finalmente, los expertos hicieron un llamado transversal a toda la comunidad equina a «remecerse» y tomar conciencia sobre la importancia de la bioseguridad. María Paz Zúñiga fue enfática al sugerir la necesidad de «sanciones relevantes» para quienes ingresen animales de forma irregular, una práctica que pone en jaque la sanidad de toda la masa caballar del país.