Por Héctor Uribe Delgado
Revisa acá el catálogo del remate.
Una de los criaderos que sale a remate este jueves 8 de mayo a las 19:30 horas es el Criadero Piedras Blancas del Arrayán, plantel que nace en 2012 gracias a la iniciativa de don Vittorio Cavalieri Rubio y de sus hijos Antonella, Vittorio y Stefano.
Es este último quien toma la palabra para contar un poco de la historia de esta idea: «Es un criadero joven pero que a su corta trayectoria ya cuenta con un caballo participante dos veces del Campeonato Nacional, y eso es por el cariño, la dedicación y el esfuerzo que hemos hecho para que hoy en día el criadero cuente con ejemplares de alta calidad genética y vaqueras», dice a M&R Remates.
Cuenta Cavalieri que «el amor por los caballos y el rodeo nace mucho antes debido a la crianza de ganado en el fundo San Enrique. Nosotros prácticamente nos criamos yendo a la cordillera. Las veranadas, los rodeos de campo y los viajes a la cordillera a caballo fueron el inicio de este amor por la crianza del caballo chileno».
Explicó que «Vito y yo seguimos el tema del criadero. Vittorio cría él en Futrono a nombre del criadero, y yo crío en Osorno a nombre del criadero, pero somos el mismo criadero».
Contó que a partir de ello, es él quien decidió salir a remate: «Me atreví a hacer el remate, y Vito no quiso, pero más allá de eso, seguimos siendo el mismo criadero y sigue siendo un cuento bien familiar y ojalá que el día de mañana sería súper lindo que pudiéramos correr una parejita juntos con Vito», contó.
Con respecto a la crianza que ha llevado a cabo narró que «la primera yegua que críe yo, como Stefano Cavalieri hace siete años atrás y fue una yegua que me regaló mi padrino, ‘don Pele’, que viene de la línea del No Me Toques, todas parientes de la Candelilla, la Pérgola, esas yeguas buenas, de sangre antigua. Y él me incentivó y me metió el bichito de la crianza, porque yo no tenía mucha intención, no tenía los medios la verdad, y por ahí él me regaló una yegua preñada y fue mi primera cría. Y después mi amigo ‘Pelo’ Cárdenas, de Magallanes, me regaló otra yegua, y esas dos yeguas son mis yeguas bases del criadero, que me dieron dos, tres crías».
«Entonces, crío más que nada por lo que mis amigos me van dando y lo que a mí me va gustando en el camino de esos amigos que tengo. La verdad que, como te decía, es un criadero chiquitito, de mucho esfuerzo, y que a la larga no hay un fin comercial con los caballos. Yo nunca he pagado una monta, siempre han sido montas de amigos que me la han regalado, que me han prestado los potros. Ese es un poco el objetivo de mi criadero, al menos. Que sea más bien algo familiar», complementó.
En cuanto al remate mismo Stefano Cavalieri contó que «yo veo esto básicamente como un criadero familiar pequeño y de amistad, y a partir de eso hemos ido incorporando lo que tenemos a mano, lo que algunos amigos nos han ido prestando. Y en este caso yo particularmente llevo dos crías del potro Mariachi y una yegua preñada del Mariachi, que es un potro que a mí me fascina».
«Llevo a remate con mucho olor la única cría del caballo que corre mi hermano, del Buen Recuerdo. La única cría que existe hoy en día de ese caballo. Y por ahí crías de potros de amigos, por ejemplo, llevo crías del potro Zorzal, de mi compadre y amigo Rodrigo Willer», añadió.
«Y un par de potrillos más que por ahí ya son sangres que se me dieron en el camino. Fueron casualidades que se me presentaron y esas casualidades dejaron muy buenos ejemplares», complementó.