*Nota extraída del Anuario de los Criadores de 2020.
Vinculado al campo desde hace mucho tiempo, don Rafael Diez se ha transformado en virtud de lo realizado en el Criadero San Manuel de la Punta en uno de los más destacados en la zona de O’Higgins gracias, sobre todo, a la calidad de sus caballos en la funcionalidad.
Y esos resultados tienen muy orgullos a don Rafael, quien comenzó en la década de los 80 a cosechar buenos resultados corraleros, algo que lo entusiasmó a tener su propio criadero: «Si bien mi abuelo era del campo, yo nunca estuve cerca de los caballos. Partí en esto por un primo, Sergio, que corría en la zona de Rancagua y corría con don Osvaldo Angulo, que somos muy amigos, él ganó clasificatorios y todo, y corrió muchas veces mis caballos y ahí me entusiasmé y tenía la suerte de conocer a Carlos Salame, que corría con don Adán Urbano y armamos un corral en mi casa, donde estaban los caballos de El Trapiche, después estaban los caballos de Huelequén y por ahí partí», cuenta antes de adentrarse en la historia de su criadero.
«Partimos con caballos comprados y a finales de los 80 compré mi primera yegua en un remate de Tomás García, era una hija del Río Claro y esa fue mi primera yegua de cría. Después tuve la suerte de comprarle tres yeguas a Sergio Tamayo: una hija de la Diablona, que es una yegua antigua; una hija del Bellaco, que venía preñada del Rotoso y otra hija del Bellaco, y ahí partí con una base más sólida. Esa hija del Rotoso, la Marisol se transformaría en una de las madres principales del criadero», añadió.
«Ya por el año 92 tuve la suerte de comprar la Esa Negra por recomendación de Max Yarza y de Julio Mohr, y fue una yegua extraordinaria, corrió ocho, se completó siete veces y llegó a Rancagua en seis ocasiones y corrió dos Finales y un cuarto toro. Estuvo dos veces en el Ranking de Chile, llegando a estar segunda. Después tuve mi potro de cría, que era hijo del Río Negro, después compré el Atrasado, que era hijo del Satanás, que llegó en mis manos a estar décimo en el Ranking y que ya me ha dado un hijo finalista. Después tengo el Sereno, que es un caballo que viene de la línea del Picaporte, posteriormente el Enquinchado, que es hijo del Quinchero en una madre Guardián, y actualmente reproduzco al Buen Gallo, que es un potro hijo del Plebiscito en Esa Negra», complementó.
Diez explica que principalmente se fija en las madres: «Tanto en las líneas paternas como en las líneas maternas me fijo que hayan sido buenas madres, que hayan tenido resultados, que hayan tenido de preferencia campaña. Hace unos años me hizo una asesoría don Benjamín García-Huidobro, que me reestructuró bastante el criadero, me dio algunos tips bastante buenos, con lo cual ordenamos, porque estábamos con muchos caballos, lo que provocaba un desorden. Hicimos un orden y trato de manejar actualmente alrededor de 30 ó 35 caballos», expresó.
«Posteriormente han llegado varios ejemplares a Rancagua. Tenemos al Risueño, que es hijo de la Esa Negra, y que llegó a la Final de Chile tres veces con distintos compañeros, y que fue décimo en el Ranking con Nacho Mallea; el Desastre que fue noveno montado por Gustavo Cornejo y el Atrevido, que fue montado por Sebastián Ibáñez; y por supuesto el Aviador, que fue campeón de la rienda con Romané Soto», contó.
Con respecto a la morfología, Diez es claro: «Busco un caballo que sea principalmente muy chileno, eso es lo que voy seleccionado y ahí voy viendo lo que me gusta principalmente en base a buena sangre, y lógicamente, probándolos en la amansa, uno ya se da cuenta de lo que más le gusta. Primero, selecciono por tipo, de lo que me dé más en el gusto y ahí amanso».